jueves, 28 de enero de 2010


Republica Bolivariana de Venezuela.
Ministerio del Poder Popular para la Defensa.
Universidad Experimental Politecnica de la Fuerza Armada














Melopsittacus undulatus





Nombre común





En ocasiones el término periquito o perico se utiliza para denominar otras especies de la misma familia, como los agapornis; e incluso otras especies de loros de pequeño o mediano tamaño, como los loriquitos. Para diferenciarlos de todos estos, el Melopsittacus undulatus se conoce normalmente como periquito australiano o periquito ondulado.
La palabra budgerigar (nombre con el que se le conoce en inglés) parece venir del grupo aborigen australiano Kamilaroi; de una expresión que para ellos significa "buena comida".






Historia como mascotas

El periquito se menciona por primera vez en el libro Naturalists Miscellany, cuyo autor es George Shaw, director del Museo Británico de las ciencias naturales, en el año 1781. En el año 1840, el científico John Gould logró llevar los primeros periquitos vivos a Inglaterra.
Debido a su belleza pronto se empezaron a capturar miles de periquitos para comercializarlos pero el transporte de meses y el desconocimiento de su alimentación provocaba una mortalidad del 98 %. Pronto se descubrió que comían mijo y alpiste, igual que los canarios. Lo que no se sabía es que criaban en cajas de nido, sólo se les ofrecía nidos abiertos, hasta que por casualidad en 1855 la condesa de Schwerin en Berlín (Alemania) logró criarlos dentro de una nuez de coco. A partir de ahí se empezaron a criar grandes cantidades de periquitos.
La primera mutación fue la amarilla, y apareció en el año 1872 en Bélgica. En el año 1878, apareció la mutación azul. Ambas mutaciones alcanzaron precios desorbitados: Una pareja de periquitos azules podía costar más que un buen caballo de carrera. Hasta que la cría sistemática de estos colores se llevó a cabo y aparecieron nuevas mutaciones que han proporcionado a la especie una gran variedad.
Vida en libertad

Una periquito en Alice Springs, Australia
El periquito pertenece a la familia de los loros auténticos, o psitácidos. Posee el pico curvado hacia abajo, dos dedos hacia delante y dos hacia atrás. Esto le facilita trepar por los árboles y alimentarse de semillas. Su nombre científico es Melopsittacus undulatus.
Los periquitos pueblan toda Australia menos una pequeña franja costera. Su hábitat son las sabanas. Viven en grandes bandadas de cientos de ejemplares, que recorren grandes distancias en busca de agua y comida. Durante la época de cría se reúnen varias bandadas en una misma zona, formando así enormes grupos de miles de pájaros.
La vida en bandadas les facilita mucho la existencia porque se convierten en presas difíciles para los depredadores.
Son monógamos y rara vez cambian de pareja si uno de los dos no muere. Los nidos se encuentran normalmente en un agujero en el tronco del árbol. Ponen entre 4 y 7 huevos son incubados durante 18-20 días, y el joven polluelo empluma (adquisición de su primer abrigo de plumas) aproximadamente 30 días después de la incubación.
El periquito se presenta en dos subespecies, el periquito del norte y el del oeste, que se diferencian por pequeñas variaciones en color y en tamaño. Hay algunos ornitólogos que cuestionan esta diferenciación, ya que las diferencias son muy pequeñas, y los hábitats de las dos subespecies coinciden de forma que hay zonas donde vuelan en las mismas bandadas y se aparean.
El periquito mide algo menos que 19 cm de la cabeza a la punta de la cola, y pesa alrededor de 35 g. La variedad silvestre es la de color verde, con la cabeza amarilla y la espalda ondulada. Con éste color apenas se ven cuando se encuentran entre la vegetación. Si nace algún ejemplar azul o albino no vivirá mucho tiempo, ya que los depredadores pueden localizarle con demasiada facilidad.

Vida en cautividad

Periquito en cautiverio. Su cera, o céreo indicaría que es una hembra.

Pareja de periquitos

Joven periquito con su primer cambio de plumas y con colores generalmente encontrados en la naturaleza.
El periquito australiano es una especie muy común y familiar de animal doméstico. Ha sido criado en cautiverio desde 1840. Los criadores han trabajado durante décadas para producir una amplia variedad de colores y mutaciones: azul, factores gris y violeta, inos, de alas claras, perlados... Las mutaciones de pluma pueden producir crestas o plumas demasiado ramificadas conocidas como "plumeros"; entre otras muchas mutaciones.
Los periquitos australianos modernos, o ingleses son más grandes que sus primos salvajes, con plumas principales hinchadas, dándoles una aparienca exagerada. En los más notables cambios, los ojos y el pico casi son totalmente oscurecidos por las plumas, lo que disminuye su calidad de la vida. Tales aves son también más propensas a mutaciones genéticas debido a la endogamia.
Los periquitos australianos son fáciles de domesticar, y pueden ser enseñados a hablar, silbar melodías, y jugar con la gente, haciéndolos una de las aves más extensamente difundida como mascota alrededor del mundo. Son tan inteligentes como muchos loros grandes, y prosperan con el estímulo de juguetes e interacción con la gente. Picotear es una actividad muy agradable, sobre todo para el periquito hembra. Un poco de material para picar siempre debe estar a mano, como una rama con la corteza o las piedras de calcio (hueso de sepia o jibia), que ayudan a guardar sus picos filosos y siempre sanos.
En cautiverio, viven un promedio de 5-8 años, pero pueden vivir hasta 15 dependiendo del trato y el cariño que se les brinde. La duración de su vida varía según el tipo del periquito australiano (los periquitos ingleses no viven tanto como sus primos en Australia y América, debido a años de la endogamia para cambiar su tamaño y rasgos físicos) y la salud del ave individual (ejercicio y dieta).Las enfermedades que pueden aparecer en cautividad son afecciones catarrales, diarreas, excoriaciones y alteraciones de la piel de las patas (debido a una limpieza poco rigurosa). También se pueden presentar tumoraciones y verrugas en las zonas cercanas al pico en ejemplares ya viejos o criados en un ambiente de excesiva suciedad.
La alimentación del periquito se basa en el mijo y el alpiste, aunque debe complementarse con otras semillas o verduras (como la lechuga, espinaca, pimiento, zanahoria...). Las frutas también son un buen complemento dietético para estos pájaros. De vez en cuando se les puede proporcionar un poco de pan o galleta, aunque siempre con precaución de que no les demos nada muy dulce. En las tiendas de animales se pueden encontrar bizcochos, barritas de semillas enriquecidas con vitaminas y otros suplementos especiales para estas aves. Como golosina natural se suele utilizar el panizo. El aguacate, el chocolate y el perejil son tóxicos para los periquitos australianos.
El periquito más joven, si se le ha ido acostumbrando desde pequeño, toma una variedad de comida más fácilmente que uno más viejo que ha estado comiendo solo un tipo de semillas o alimento.
Se adapta generalmente con gran facilidad a todo tipo de jaulas resguardadas o protegidas del frío invernal, preferentemente metálicas, ya que pueden morder la madera con asombrosa facilidad, las jaulas deben tener barrotes horizontales porque el periquito es una ave prensora y le gusta pasearse por las paredes, aunque estarán más sanos y felices si también los acostumbramos a salir de la jaula y les permitimos volar, pero con mucha precaución a las cosas que puedan ser peligrosas o las que se puedan hacer daño. Sobre todo, hay que tener cuidado con ventanas, que, aunque deben estar cerradas, que no se choquen con ellas (lo mejor es poner cortinas).

El Alojamiento
¿Qué jaula compro? Saber cómo alojar correctamente a nuestros periquitos es importante, ya que hay que tener en cuenta que van a pasar gran parte de su tiempo en la jaula que le compremos, sino toda su vida. Hay que comprar la jaula más grande que nos podamos permitir, ten en cuenta que los periquitos siempre han de vivir en pareja. El tamaño mínimo está en cincuenta centímetros de ancho, esto es porque los periquitos aprovechan el espacio horizontal y no el vertical, así que hay que buscar una jaula con una buena medida en cuanto al ancho se refiere. Resumiendo, la jaula ha de ser más ancha que alta, como mínimo tendrá cincuenta centímetros de ancho para una pareja, para albergar dos parejas deberías ir al metro de ancho, también como mínimo. Es recomendable que permitas paseos fuera de la jaula para que tus periquitos ejerciten las alas, ya que en una jaula la capacidad de volar es prácticamente nula. A los periquitos les encanta trepar, así que la jaula tendrá algún barrote horizontal para que puedan agarrarse a él. La jaula, como ya sabes, ha de ser rectangular, no compres una redonda porque no son nada beneficiosas para los periquitos, en realidad para ningún ave, los periquitos, cuando se asustan buscan referencias, en una jaula rectangular las encuentran inmediatamente: son las esquinas. Pero en una jaula redonda no existe ninguna con lo que el ave se desorienta. En el mercado existen muchos modelos de jaulas, pero hay que desechar tanto las que son redondas como las que simulan formas como mansiones o similares, aunque a nuestros ojos puedan parecer atractivas a nuestros periquitos ese tipo de jaulas les resultan poco aprovechables. Las fabricadas con madera no sirven, los periquitos todo lo pican y la destrozarían en un abrir y cerrar de ojos, además de que la limpieza es más dificultosa. Estos tipos de jaula, aunque no son nada recomendables, las venden en muchos comercios, esto es simplemente porque siempre hay alguien que por desconocimiento las compra, a lo largo de esta sección te darás cuenta de que hay más artículos que los fabricantes nos venden pero que no son buenos para los periquitos. Procura que la jaula no tenga los barrotes pintados de blanco, ya que dificulta la visión del exterior a los periquitos. La separación entre barrotes debería de ser de un centímetro aproximadamente, si es más grande los periquitos podrían llegar a escapar (engañan mucho con su plumaje, realmente son muy delgados y una vez sacan la cabeza el cuerpo sale también) o en el peor de los casos quedarse enganchados. Si la separación es menor las patas o el pico pueden quedar atrapados. Contra más puertas tenga la jaula, mejor; ten cuenta que si deseas criar el nido se cuelga en una puerta, la bañera también, ya son dos puertas ocupadas. Si tiene posibilidad de usar separador mejor, en caso de pelea o enfermedad puede ser necesario separar unos días a tu pareja, así que el separador te puede sacar de un apuro si no dispones de otra jaula.
Accesorios Cuando elijamos la jaula ésta traerá una serie de accesorios como pueden ser comederos, bebederos, perchas y/o juguetes. Los comederos suelen ser exteriores, se cuelgan por fuera de la jaula y son transparentes. No son del todo recomendables porque obligamos a los periquitos a meter la cabeza en un agujero para poder alimentarse, además de que al ser transparentes les hacen creer que por ahí pueden salir al exterior, así que vaciarán el comedero e intentarán salir, al ser comederos donde la tapa se puede quitar, si ellos consiguen quitarla haciendo fuerza con su cabeza se escaparán y acabarán muriendo por inanición o atrapados por algún animal doméstico como gatos o perros.
Los comederos ideales y recomendados son aquellos que son descubiertos y que se cuelgan dentro de la jaula. Eso sí, cuando retires los comederos exteriores recuerda asegurarte de tapar los agujeros que quedan. Los hay de metal y de plástico, ambos son sencillos de limpiar. Si puedes pon varios comederos para evitar peleas a la hora de comer. También ten en cuenta que la fruta, verdura, grit o la pasta de cría también van a un comedero, más información sobre alimentos en Alimentación de periquitos.
Los bebederos aptos para periquitos son los de tubo, preferiblemente que el plástico sea oscuro para evitar que microorganismos se presenten coloreando el tubo con una especie de musgo verde. Esto es inevitable, con lo que es indispensable cambiar diariamente el agua a nuestros periquitos, sobretodo en las estaciones calurosas.
Las perchas que normalmente vienen de serie en las jaulas son de plástico blanco con estrías y cortados y vacíos por la parte que queda bajo. Este tipo de percha que puedes ver en las fotografías no son válidos, una vez más los fabricantes nos la quieren colar. Estas perchas de plástico, aunque sencillas de limpiar, no ofrecen un buen agarre, las estrías causan heridas, las uñas van a parar debajo donde está el hueco, curvándose en exceso. Este tipo de perchas no son nada aconsejables y deberías retirarlas.
Lo mejor para que tus periquitos se posen son las ramas naturales, las cuales no se compran, ramas de árboles de un tamaño adecuado (puedes ver una imagen más abajo que te aclarará cuál debe ser el tamaño) las cuales permitirán un buen agarre, al ser irregulares favorecen la circulación de los dedos de las patitas. Además, ofrecen material para picar a los periquitos con lo que se limarán el pico, al igual que las uñas, que con el continuo roce con la madera se mantendrán en su tamaño correcto y sobretodo es algo natural y no prefabricado.
Seguro que en tu entorno hay árboles de los que coger prestadas unas ramas o recogerlas del suelo si les están haciendo la poda. Los árboles adecuados son los Robles, Sauces, Castaños, Almendros, Hayas, Nogales o cualquier árbol frutal. Como ves, hay multitud de árboles dónde elegir, sólo tienes que fijarte en que las ramas no hayan sido tratadas con pesticidas o cualquier otro producto químico, también en que no estén llenas de resina.
Debes colocar perchas suficientes pero sin excederte y de forma que se vean obligados a echar vuelos cortos para ir de una percha a otra, esto les servirá de ejercicio, pero nada como los paseos fuera de la jaula. Comprueba que no has situado ninguna percha encima de comederos y bebederos, sino el ave defecará en ellos con la insalubridad que ello conlleva. Tampoco ubiques una percha encima de otra, sino el periquito que esté arriba usará al que esté bajo como un nuevo diseño de baño.
Los juguetes permiten a los periquitos salir de la monotonía y divertirse un poco, el columpio siempre triunfa, así mismo, una cuerda o una escalera también les puede gustar. Tampoco es bueno llenar la jaula con juguetes, así que no te excedas. Puedes ir haciendo pruebas a ver qué juguete les gusta más y así retirar los que no suponen nada para ellos.
Los espejos o los juguetes que contengan partes reflectantes debes retirarlos y desecharlos, te explico el porqué: los espejos hacen creer al periquito que su propio reflejo es un compañero, con lo que puede abandonar a su pareja real y centrarse en su reflejo rascándole y dándole besitos, esto ocasiona frustración en el periquito ya que no recibe respuesta. Pero lo peor es cuando le regurgita comida como parte de su comportamiento social, regurgita y regurgita sin obtener nada a cambio, con lo que al final, de tanto regurgitar se gana un trastorno gastro-intestinal que puede acabar en muerte. Aunque en algunas tiendas de animales los recomienden y te intenten vender uno, no hagas caso, son muy perjudiciales.
Ubicación: ¿dónde sitúo a mis periquitos? Empezaremos por dónde no puedes ubicarlos, la cocina no suele ser buen sitio, los humos y vapores típicos de una cocina pueden llegar a envenenar el pequeño cuerpo de un periquito, así que la cocina o cerca del extractor de humos quedan descartados. Debajo de tubos fluorescentes y cerca del televisor tampoco son buenos sitios, ellos no ven como nosotros, que vemos imágenes en el televisor y una luz continua procedente del tubo fluorescente, ellos ven como destellos rápidos y muy molestos, así que mejor evitarlos. Tampoco puedes ponerlos en habitaciones oscuras o mal ventiladas.
Un buen sitio suele ser el salón de la casa, alejados del televisor y cerca de alguna ventana. Al ser un lugar muy transitado los periquitos al principio se asustarán de la presencia de personas, pero pasado el tiempo lo asimilarán y os perderán algo de miedo, aunque no todo. Si finalmente eliges el salón como ubicación final no te olvides del descanso de tus periquitos, ellos funcionan con el ciclo del sol, cuando oscurece descansan y cuando amanecen se ponen a cantar de alegría, en el salón puede que esté la luz encendida hasta altas horas de la madrugada, impidiendo un descanso adecuado. En estos casos es mejor cubrir la jaula con una tela oscura (con cuidado de no asfixiarlos) para que descansen, así evitaremos también que se pongan a cantar en cuanto amanezca, que suele ser muy temprano para ruidos. Eso sí, ¡tampoco los descubras a las doce del mediodía!
La jaula, si se cuelga, ha de hacerse tan alto como sea posible, como mínimo a la altura de nuestros ojos. Hay que tener en cuenta que son aves y están acostumbrados a verlo todo desde arriba, en el suelo no se sienten nada cómodos. Si los pones en una mesa o sobre un pie especial para jaulas procura que no queden muy bajos.
El sol y la luz natural les es muy beneficioso, pero hay que tener mucho cuidado de no dejarlos directamente bajo los rayos directos del sol, tienen que tener siempre la oportunidad de elegir entre sombra y sol. Las corrientes de aire tampoco son nada buenas para ellos, de hecho les son muy perjudiciales, a la mínima se resfriarán y si no lo coges a tiempo pueden llegar a sucumbir. Así que tómate tu tiempo y comprueba que en el lugar que los pones no haya corrientes de aire, un buen sistema para comprobarlo es utilizar una vela o similar, si la llama se mueve o directamente se apaga, ese sitio no es válido para ubicar a nuestros periquitos.
¿Puedo tener a mis periquitos en el exterior? Pajareras y aviarios, una buena opción. Claro, puedes tenerlos, pero siguiendo las mismas condiciones que para el interior de casa, no los pongas donde reciban sol sin posibilidad de resguardarse en alguna sombra. Las corrientes de aire también debes evitarlas, en el exterior esto puede ser un problema, pero no es tampoco imposible. Es buscar un lugar donde el viento no les alcance de lleno. A todo esto también hay que sumarle la lluvia, así que el lugar que elijamos deberá contar con un tejado o cobertizo que los resguarde del agua de lluvia.
Los periquitos soportan relativamente bien las bajas temperaturas, lógicamente no es lo mismo vivir en un lugar con clima mediterráneo que en uno donde se alcancen varios grados bajo cero, siempre ten presente que son periquitos, no pingüinos. Los periquitos adultos que siempre hayan vivido en el interior, y que de repente se encuentren en el exterior pueden sufrir bastante. Los periquitos que nazcan en el exterior no presentarán dificultades para aclimatarse.
Siempre es conveniente elegir un lugar y no moverlos de ahí, ellos no llevan bien los cambios de entorno, así que conviene pensar dónde estarán mejor y procurar dejarlos quietos. Esto a veces no es posible, así que si no hay más remedio pueden pasar una temporada dentro de casa y otra fuera, aunque serán más propensos a sufrir alguna enfermedad por los cambios de temperatura. También existe la posibilidad de sacarlos por las mañanas al balcón o terraza para que tomen el sol y el aire fresco, comprobarás que se ponen más contentos cuando salen ya que tienen más estímulos, sobretodo escuchan otros periquitos y otro tipos de aves y ellos se intentan comunicar.
En el exterior es más sencillo albergar pajareras y aviarios, donde los periquitos puedan volar y convivir con más periquitos. Pajareras también existen para interior, aunque siempre serán más pequeñas que las existentes para exteriores. Los aviarios proporcionan al periquito una semi-libertad, donde pueden volar y ejercitar sus alas, también pueden elegir pareja si hay para elegir claro está, si sólo tenemos una pareja la elección ya está hecha.
Eso sí, hay que preocuparse mucho de los depredadores y de los roedores. Los ratones pueden ser un problema, deberás vigilar que no se cuele ninguno o acabarás por tener una auténtica plaga. Otro cantar son los gatos, dependiendo de dónde vivas pueden ocasionar grandes destrozos, ellos ven en la oscuridad pero los periquitos no, se asustan y vuelan alocados acercándose a los barrotes donde las garras de los gatos los atrapan. El mismo sistema siguen las aves rapaces, si vives cerca del campo o de un coto de caza, los halcones y demás que sus dueños abandonan a su suerte se tienen que buscar alimento y nuestros periquitos enjaulados son un bocado apetecible, se posan en las jaulas o pajareras y esperan que en su loco batir de alas algún periquito se acerque para poder atraparlo con las garras. Esto se puede solucionar con un doble enrejado, con lo que ningún depredador podrá hacerse con ellos, pero el susto nadie se lo quita a los periquitos.
Podemos optar nosotros mismos por construirnos una pajarera o aviario, sobretodo si tenemos habilidades en cuanto al bricolaje se refiere. Si este es tu caso no uses madera, los periquitos la destrozarán además de que sirve como refugio para los parásitos. Lo bueno de hacerlo uno mismo es que te lo fabricas a tu gusto y necesidades.

Edad y Sexo
¿Macho o Hembra? Cómo distinguir el sexo. En el periquito es muy fácil distinguir los sexos, es una de las aves que tiene más acusada la distinción entre macho y hembra.
Todo consiste en fijarse en el color de la cera, la cera es una membrana que cubre los orificios nasales, en la parte superior del pico. Los machos tienen la cera de color azul y en algunas variedades rosa con diferente tonalidad por completo y la hembra blanco-azulino o marrón. El color definitivo de la cera se da cuando el ejemplar ya es adulto, antes ya resulta un tanto más complicado distinguir la tonalidad de la cera, aunque no es imposible.
Aquí podemos observar a dos parejas de periquitos, en ambos casos la hembra está a la izquierda y el macho en la derecha. Hay que tener en cuenta que en el caso de las hembras, el color marrón del céreo puede ser más intenso en la época de celo.

En los periquitos jóvenes, el céreo aparece rosa pálido tanto en hembras como en machos, pero si nos fijamos bien hay una pequeña diferencia, en ellos el color es mas uniforme, en las hembras la zona alrededor de los orificios nasales es mas clara, casi blanquecina.
Para los casos más difíciles en los que el color de la cera está indefinido existe otro método, quizás lo conozcas o hayas escuchado hablar de él. Consiste en coger al periquito con sumo cuidado y palparles lo que es la zona del bajo vientre, la barriguita, la diferencia está en que ellas tienen una cavidad destinada al paso de los huevos y ellos evidentemente carecen de ella. Esta diferencia es muy complicada de apreciar, con lo que aplicar ese método probablemente no nos aclare nada y lo único que consigamos es asustar al ave.
Un macho y dos hembras muy fáciles de distinguir por el color del céreo, aunque no siempre es así.

Por el carácter también se puede hacer la distinción entre macho y hembra. Ellas son más agresivas, más ariscas y más huidizas que ellos, que son más tranquilos y algo más confiados. Si tenemos dudas con el color del céreo, el comportamiento nos puede ayudar a afinar el sexaje.
La edad del periquito Al igual que el sexo, la edad se determina también de una forma bastante sencilla, solo hay que tener en cuenta algunos detalles para distinguir un ejemplar joven de uno viejo.
En los ejemplares jóvenes aparecen unas ondulaciones o rayas negras en la frente que les llegan hasta el céreo, conforme van madurando estas rayas van desapareciendo dejando la frente completamente despejada. Esto no nos será de ayuda si nuestro periquito es albino o totalmente blanco, ya que carecerá de rayas en el plumaje. Otro método muy habitual para conocer la edad es fijarnos en los ojos, en los jóvenes todo el ojo es de color oscuro, y a medida que va creciendo y envejeciendo empieza a percibirse un disco blanco en torno a la pupila.
Claro ejemplo de un periquito joven recién salido del nido, rayas negras hasta el céreo, ojo completamente negro, pico no muy lustroso y céreo sin definir todavía. Por el contrario, en la fotografía del centro podemos apreciar a un periquito ya adulto, y en la de la derecha, los efectos del paso del tiempo.

Por último, el tamaño más pequeño que un periquito adulto, los colores del plumajes menos vivos, pico menos reluciente y la cera de color indefinido nos indica que tenemos delante un ejemplar joven.
Realmente estos son consejos para poder distinguir un periquito joven de uno adulto o viejo. Si criamos periquitos no nos resultará nada difícil controlar el tiempo que pasa con nosotros, pero para conocer la edad exacta de un periquito ya adulto que por lo que sea ha llegado a nuestro hogar poco podemos hacer. Para finalizar, recomendarte que esperes entre diez y doce meses para permitir la cría de una pareja y que un periquito suele vivir unos doce años, en ocasiones más, depende de la vida que haya llevado.